Mi Método
Siento que el malestar forma parte de un continuo, en el que no importa en que punto te encuentres, evidentemente hay estrategias y enfoques de trabajo distintos según el nivel de desorden en el que estemos, pero quiero ayudarte a desestigmatizar según que dificultades.
Es como una herida no tratada, al inicio tienes un corte, el dolor se esparce y esa herida inocente empieza a infectarse, alrededor se empieza a poner roja, sale pus… y esto podría seguir empeorando, ¿verdad? Entiendo que no a todas las heridas le echamos topionic, la lavamos con jabón cada dos por tres y la mantenemos tapada durante el día para que sane lo más rápido y mejor posible, a veces nuestro cuerpo es suficientemente resistente para sanarse, o las condiciones externas favorecen que ese proceso se realice por sí mismo, pero cuando no lo es…
¿Verdad que buscamos añadir elementos que favorezcan la sanación?
La salud emocional no es muy diferente. La perturbación del ser tiene orígenes muy diversos, lo que mantiene el malestar en la actualidad no.
Desde el Humanismo entendemos que el proceso terapéutico pasa por una mirada filosófica y holística del ser humano, observando los valores y la naturaleza de la condición humana. Dicho proceso, se centra en la persona, sus experiencias y el significado de estas, y se compromete con el desarrollo del potencial de cada persona.
Desde el lado cognitivo-conductual, se entiende que a todo ser humano el vivir experiencias (situaciones, estímulos, etc.) le genera un pensamiento (le ponemos palabras a lo que nos ocurre o vivimos) y ese pensamiento nos produce sentir (se generan emociones) y actuar (pasamos a la acción). Este enfoque se centra en las exigencias y las inferencias asociadas a las situaciones que vivimos y nos ayuda a cuestionarnos y a aceptar las mismas.
El proceso terapéutico pasa por hacer que seas consciente de los diferentes procesos comentados. Si bien es cierto, en la mayoría de ocasiones, están tan integrados que parecen automáticos e inamovibles y por ello es importante dotar de autonomía propia al ser humano para lidiar con las dificultades usando otras herramientas a las ya aprendidas.
En la psicología hay muchas corrientes que tratan de alcanzar el mismo propósito: el bienestar con uno mismo. Bajo mi punto de vista, no considero que unas sean mejores que otras a pesar de que exista mayor evidencia científica en las diferentes corrientes, para mí lo importante es hablar el mismo idioma que el paciente.
Carl Rogers (1902-1987) fue un psicólogo estadounidense iniciador del enfoque humanista de la psicología.
Albert Ellis (1913-2007) fue un psicoterapeuta cognitivo estadounidense que desarrolló la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC).
En una encuesta realizada a diferentes profesionales de la psicología, llegaron a ser considerados el primer y el segundo psicoterapeuta más influyentes de la historia, respectivamente, incluso por delante de Sigmund Freud
- Carl Rogers – Humanismo
- Albert Ellis – Cognitivo-Conductual
- Sigmund Freud – Psicoanálisis
Como he comentado en mi presentación, he basado mi formación en las dos primeras: Humanismo y Cognitivo-Conductual.
Trabajo en base a 3 niveles: la adquisición de herramientas, la reestructuración cognitiva y el cambio de filosofía de vida. (Cabe destacar que a mayor profundidad de trabajo se entiende que los cambios son más estables y duraderos)
Ahora, imaginaros una situación que podría ser real para cualquier de nosotros.
Como, por ejemplo, que ante los exámenes me pongo muy nervioso. Veamos como trabajaríamos la situación:
Un primer nivel de trabajo pasaría por aprender a calmarnos mediante respiración o distracción cognitiva para regular la ansiedad antes del examen.
Adquirir herramientas para lidiar con la emoción.
Un segundo nivel de trabajo pasaría por conseguir hacer consciente nuestra creencia y cuestionarnos si realmente ese profesor “seguro que va a poner preguntas difíciles” o “si suspendo significa que no valgo para eso”. Buscar la realidad, la lógica y la utilidad de estos pensamientos y ver hasta qué punto se ajustan con la realidad.
Adquirir la capacidad de lidiar con el pensamiento.
El tercer nivel, el más profundo y difícil de conseguir, pasa por aceptar que aún suspendiendo ese examen tengo la capacidad para ser feliz, hacer las cosas que me gustan y disfrutar del hoy. Quizá no exactamente de la manera en que me lo había imaginado pero la capacidad está presente, quizá pasa por entender que puedo ser feliz independientemente de mis metas, éxitos, relaciones personales, logros u objetivos; pasa por entender que por el mero hecho de ser persona y existir ya tengo una valía que no se pierde jamás. “Haga lo que haga, logre lo que logre”.
Adquirir la capacidad de lidiar conmigo y mis expectativas.
En toda terapia, lo ideal es que tras ponernos en contacto y resolver las dudas iniciales podamos concretar una primera visita y los objetivos de ésta son:
Para vosotros: que os sintáis escuchados y comprendidos, que entendáis y podáis valorar cómo trabajo y, sobre todo, si hablamos el mismo idioma. Por último, que veáis una pequeña luz en el camino (por lejos que esté).
Para mí: que pueda recoger los datos biográficos (quién sois), hacer una evaluación psicopatológica (qué os pasa) y realizar un análisis funcional de vuestra conducta (por qué actuáis como lo hacéis). Por último, daros un feedback donde os muestre haber entendido la dificultad y la manera en la que siento que os puedo ayudar.
Las siguientes sesiones tienen una duración aproximada de 55 minutos. El trabajo en sesión irá normalmente acompañado de tareas para casa que se ajustarán a lo que como psicólogo profesional considere que os puede ayudar a acercarnos al bienestar. Lo que genera un cambio es la suma del trabajo, tanto dentro como fuera de las sesiones.
Catalán, castellano e inglés.